El mar en calma es sinónimo de la llegada masiva de pateras desde el otro lado del Estrecho y hay que estar preparado para actuar.
La desesperación de los más pobres es una inagotable fuente de ingresos para las mafias que se dedican al tráfico de personas, un negocio que mueve cada año unos 7.000 millones de dólares. Esta cifra supera a la del tráfico de drogas. Se calcula que en todo el mundo hay entre 20 y 40 millones de inmigrantes ilegales, de los cuales tres millones viven en Europa occidental.
"En cada patera viajan hacinados unos 40 inmigrantes sin papeles. Cuando llegan a tierra, el 75% necesita atención médica". Sólo el pasado año, 10.366 personas fueron atendidas en las costas españolas.
Atención inmediata
Hipotermia, quemaduras y traumatismos diversos son las secuelas más comunes de su incierto viaje hacia un futuro mejor. Una travesía en la que han invertido todos sus ahorros y esperanzas. Nada más poner los pies en suelo español, los inmigrantes son sometidos a un triaje, un examen general para valorar su estado.
Billete de vuelta
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Los marroquíes, sin embargo, son trasladados a la comisaría de Algeciras y desde allí, embarcados en el Ferry que les devolverá de nuevo a su país. “Las mujeres embarazadas o con niños pequeños acaban en muchos casos en albergues como el de la Cruz Blanca, donde el padre Isidoro, más conocido como Fray Patera, las acoge hasta que alguien las reclama y siguen su particular huída hacia delante.
Independientemente de su buena o mala suerte, estos hombres y mujeres han tenido que pagar un alto precio para poder arriesgar su vida en el Mediterráneo. Han atendido a inmigrantes que intentaban instalarse en España por tercera o cuarta vez y han sido detenidos. Ellos saben que, en cuanto reunan el dinero necesario, lo volverán a intentar, porque cuando no se tiene nada, no hay nada que perder.
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